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lunes, 11 de enero de 2010

4. Historia de los Bautistas: Menno Simons y los menonitas



El desastre de Munster le puso punto final al ala revolucionaria del anabaptismo, pero no al movimiento como tal. Entre los anabaptistas más prominentes de esta nueva generación, uno de los más importantes es, sin duda alguna, Menno Simons, un ex sacerdote católico que abrazó el anabaptismo en 1536.

Simons nació en los países bajos, en 1496, cuatro años después del descubrimiento de América, 13 años después del nacimiento de Lutero y 13 años antes del nacimiento de Calvino. Fue ordenado para el sacerdocio en 1524, cuando tenía 28 años de edad.

Por una razón que desconocemos, al año siguiente de su ordenación, Simons comenzó a tener serias dudas acerca de la misa. “Yo no cesaba de pensar en que la copa y el pan que repartía en la misa no eran la sangre y la carne del Señor. Creía que era el diablo el que me quería apartar de mi fe. Me confesaba con frecuencia, lloraba y oraba, pero no conseguía librarme de este pensamiento.”

En ese momento de su vida, Simons desconocía casi completamente las Escrituras; como él mismo señala en uno de sus escritos: “… no las había tocado en toda mi vida temiendo leerlas por si me descarriaba. Ahora me doy cuenta de lo torpe que fui durante cerca de dos años cuando era sacerdote.”

También admite en otro lugar que en ese tiempo llevaba una vida vacía y frívola, fullera y de borracho y “llena de diversión como es la costumbre y el uso de la gente inútil.”

Finalmente determinó que debía acudir a las Escrituras para resolver sus dudas. Poco a poco fue aceptando la autoridad doctrinal de las Escrituras y pronto se topó también con el tema del bautismo. Sus estudios del Nuevo Testamento le convencieron de que el bautismo infantil era un error; por otra parte se sentía profundamente conmovido por la persecución que se había desatado en contra de los anabaptistas.

El 30 de marzo de 1535 un grupo de unos 300 anabaptistas fue violentamente apresado y ejecutado, entre los cuales estaba uno de sus hermanos. Aquello le conmovió profundamente y desencadenó en él una crisis que le llevó a su conversión y a su salida definitiva del catolicismo romano el 30 de enero de 1536.

No mucho tiempo después fue bautizado y ordenado ministro anabaptista. Su labor en los Países Bajos fue tan exitosa que allí los anabaptistas fueron conocidos como menonitas.

El alcance de su obra fue tal que el emperador Carlos V emitió un edicto en el que ofrecía la recompensa de 100 monedas de oro por su cabeza, a la vez que prometía al que le entregara un indulto por cualquier delito cometido. No obstante, y a pesar de la persecución, se mantuvo ministrando hasta su muerte el 31 de enero de 1561.

© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

1 comentario:

Miguel Angel Braga dijo...

El caso del hermano Menno Simons, trae a mi memoria, como el rey Acab hijo del general Omri, siendo rey de diez de las doce Tribus del pueblo de Israel, con Jezabel su mujer, quisieron dar muerte al Profeta Elias, y sin importan el poder económico y político de ellos, Dios le libró. No importó que su búsqueda, no solo fuese en todo el territorio de Israel, sino en otras naciones y reinos, como lo confirma 1ro. de Reyes cap. 18 verso 10: “Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que no te han hallado.” Pero Dios, el Dios de las Santas Escrituras, el que es Todopoderoso, le libró, porque así se lo ha prometido a cada verdadero Cristiano, como el lo confirma en Salmos 34 verso 19 y 20: “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová. El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.