Luego de presentarse en Heidelberg en abril de 1518 para defender sus 95 Tesis ante los delegados de la orden de los Agustinos, Lutero escribió un documento que llamó “Resoluciones”, donde explicaba el significado de las mismas en un tono bastante moderado.
Este documento fue remitido al papa León X el 30 de Mayo, acompañado de una carta llena de respeto y consideración. Lutero, que hasta ese momento seguía convencido de la sinceridad del papa, y que de ningún modo deseaba causar ninguna división en la iglesia, esperaba que este documento fuese suficiente para calmar los ánimos; pero en el mes de Julio recibió como respuesta el requerimiento de viajar a Roma en el término de 60 días, para dar cuenta de sus “herejías”.
Esta citación causó un gran temor entre los amigos de Lutero que comenzaron a temer por su vida, por lo que el elector Federico el sabio, príncipe de Sajonia, suplicó al papa que la causa fuese vista en Alemania.
El papa accedió a la petición de Federico, pues por razones políticas no le convenía enemistarse con él. Así que expidió una segunda orden, pidiendo esta vez que Lutero compareciera ante el cardenal Cayetano, que en ese momento se encontraba en Augsburgo por causa de la Dieta del imperio Alemán. Allí llegó Lutero el 7 de Octubre de 1518.
Al principio de la reunión Cayetano se limitó a pedirle que se retractara de todo lo que había dicho y prometiera que no propagaría más sus opiniones ni nada que pudiese ser perjudicial para la iglesia. Pero Lutero pidió con todo respeto que se le mostrase cuál era su error.
Cayetano trató de disuadirlo, pero como Lutero se defendía con argumentos, finalmente le dijo: “No he venido aquí a disputar contigo, retracta, o prepárate a sufrir las penas que has merecido.” Pero Lutero insistía en ser oído: “Declaro estar pronto a responder de palabra o por escrito a todas las objeciones que pueda hacerme el señor legado. Declaro estar pronto a someter mis tesis a las cuatro Universidades de Basilea, de Freiburgo, de Lovaina y París, y a retractar lo que ellas decidan erróneo... Pero protesto solemnemente contra la extraña pretención de obligarme a una retractación sin haber sido refutado.”
La reunión, obviamente, no concluyó bien, por lo que, temiendo por su vida, Lutero salió en secreto de Augsburgo el 20 de Octubre. Pero aún tendría otras oportunidades de defender su causa, incluso ante el mismo emperador Carlos V unos años más tarde.
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martes, 27 de octubre de 2009
Defensa de Lutero en Augsburgo
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