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jueves, 1 de octubre de 2009

¿Deben los cristianos ser miembros de una iglesia local?

Nuestro hermano Eduardo Flores ha posteado en Sujetos a la Roca este importante artículo del pastor Mark Dever sobre la importancia vital de que un creyente se haga miembro de una iglesia local. En una época donde muchos claman “amar a Cristo pero no a Su iglesia” este es un tema de extrema relevancia.

Hay muchas otras buenas preguntas que podríamos plantear que señalarían la necesidad de una Iglesia, pero permíteme que te de cinco buenas razones para unirse a una Iglesia que predica el evangelio, y modela la vida cristiana.

1. Seguridad para nosotros

No deberías unirte a una iglesia para salvarte, sino para que la iglesia te ayude a asegurar tu salvación. ¿Recuerdas las palabras de Jesús en el evangelio de Juan?

“El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él… Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor… Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando… Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís” (Juan, 14:21; 15:10, 14; 13:17).

Al unirnos a una iglesia nos ponemos en posición de solicitar a nuestros hermanos que nos hagan responsables de vivir de acuerdo con lo que decimos. Les pedimos que nos animen en ocasiones recordándonos las formas en que han visto la obra de Dios en nuestras vidas, y que en otros momentos nos avisen de que podemos estar apartándonos de su obediencia. La membresía en una iglesia local es el testimonio público de la congregación de que tu vida da muestras de regeneración.

La membresía en una iglesia local no salva, pero es un reflejo de la salvación. Y si no hay reflejo ¿cómo vamos a conocer la salvación proclamada?

Al membresía de la iglesia nos damos las manos con los demás para conocer a los demás y que los demás nos conozcan y para ayudarnos y animarnos los unos a los otros cuando necesitemos que nos recuerden la obra de Dios en nuestras vidas, o que nos hagan ver las importantes diferencias entre nuestras palabras y nuestros actos.

2. Evangelizando el mundo

También deberías unirte a una iglesia por la causa de evangelizar el mundo. Juntos podremos difundir mejor el evangelio en casa y en el extranjero. Podemos hacerlo mediante la palabra, cuando compartimos la buena nueva con los demás, y cuando ayudamos a los demás a que lo hagan. Una iglesia local es, por naturaleza, una organización misionera.

Ayudamos a esto con nuestras acciones mientras trabajamos para mostrar el amor de Dios atendiendo las necesidades físicas de los huérfanos, los enfermos, los niños y los desfavorecidos. A través de nuestra propia comunidad de iglesias ayudamos a difundir el evangelio por el mundo y proporcionamos millones de dólares y cientos de voluntarios para ayudar a los que tienen necesidades físicas inmediatas, como las víctimas de los desastres, necesidades educativas e incontables ministerios adicionales. Incluso siendo imperfectos como somos, si el espíritu de Dios actúa genuinamente en nosotros Él usará nuestras vidas y palabras para ayudar a demostrar a los demás la verdad de Su evangelio. Esta es una función especial que no tendremos en el cielo. Este es el privilegio especial de la Iglesia ahora— ser parte del plan de Dios para llevar el evangelio al mundo.

3. Desenmascarando evangelios falsos

Dios quiere que estemos juntos de esta forma para desenmascarar los evangelios falsos. Es a través de nuestra unión como cristianos cuando mostramos al mundo lo que es realmente el cristianismo. En nuestras iglesias desacreditamos los mensajes y las imágenes que pretenden ser cristianos y bíblicos, pero que no lo son. ¿No podría ser que algunos que no son miembros de una iglesia evangélica no lo son porque realmente no creen en el mismo evangelio? Parte de la misión de la iglesia es reconocer y defender el verdadero evangelio y prevenir perversiones de el. Debemos darnos cuenta de que parte de nuestra misión evangelizadora puede que no sea sólo presentar el evangelio de Jesucristo de una forma positiva, sino también desmantelar los testimonios equivocados, confusos y distorsionados que se han planteado en iglesias cristianas, pero que realmente confunden el evangelio más que confirmarlo.

4. Edificación de la Iglesia

Una cuarta razón para unirse a la iglesia es la edificación o construcción de la iglesia. Unirse a una iglesia ayudará a contrarrestar nuestro individualismo erróneo y nos ayudará a darnos cuenta de la naturaleza corporativa del cristianismo. Al estudiar el Nuevo Testamento se encuentra que nuestras vidas cristianas deben incluir el cuidado y la preocupación el uno por el otro. Eso es parte de lo que significa ser cristiano. Y aunque lo hacemos de forma imperfecta, deberíamos comprometernos a hacerlo. Intentamos animar incluso pequeños pasos en el camino de la justicia, el amor, la abnegación y la imagen de Cristo.

En nuestra clase de membresía de la iglesia a menudo cuento la historia de un amigo que trabajaba para un ministerio cristiano en un campus a la vez que asistía a una iglesia de la que yo era miembro. Siempre entraba rápidamente después de los himnos, se sentaba durante el sermón y luego se iba. Un día le pregunté que por qué no se quedaba durante todo el servicio. “Bueno”, dijo, “no saco nada de provecho del resto de el.” “¿Has pensado alguna vez en unirte a la iglesia?” yo respondí. Él pensó que aquella era simplemente una pregunta absurda. Él dijo: “¿Por qué debería unirme a la iglesia? Si me uno a ellos, creo que sólo me retrasarían espiritualmente.” Cuando dijo esto me pregunté qué entendería que significa ser cristiano. Contesté “¿Has pensado alguna vez que tal vez Dios quiere que trabajes codo a codo con estas personas? Es verdad, puede que te retrasen, pero puede que tú les ayudes a ir más deprisa. ¡Tal vez esto es parte del plan de Dios mientras vivamos juntos como cristianos!”

5. La Gloria de Dios

Finalmente, un cristiano debería unirse a una iglesia por la gloria de Dios. Pedro escribió a los primeros cristianos, “Mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación,”(I Pedro 2:12). Increíble, ¿no? Pero de nuevo puedes decir que Pedro había escuchado las enseñanzas de su Maestro. Recordarás lo que Jesús enseñó en el sermón de la Montaña. “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos,” (Mateo 5:16). De nuevo, lo sorprendente es la afirmación de que Dios recibirá la gloria de nuestras buenas acciones. Si esto es verdad en nuestras vidas como personas individuales, no debería sorprendernos llegar a la conclusión de que la Palabra de Dios dice que esto es así en nuestra vida en común como cristianos. Dios quiere que la forma en que nos amamos los unos a los otros nos identifique como seguidores de Cristo. Recuerden las conocidas palabras de Jesús en Juan 13:34-35, “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.” Nuestra vida conjunta sirve para marcarnos como suyos, y para proporcionar al Señor alabanzas y gloria.”

Pueden leer el resto del artículo aquí traducido al español.

1 comentario:

Mauricio Ruiz dijo...

Me gusto mucho, sobre todo el primer punto...voy apasa el dato a los miembros de mi congrgación. Dios lo bendiga abundantemente