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jueves, 6 de agosto de 2009

¿Es injusto Dios al elegir a unos y no a otros para salvación?

Por Sugel Michelén

Muchas personas piensan que la doctrina de la elección soberana plantea un problema a la justicia de Dios. ¿Por qué Dios elige a unos y no a otros?

Noten cómo Pablo trata con este problema en el capítulo 9 de Romanos; luego de declarar que Dios soberanamente había elegido a Jacob y no a Esaú, él pregunta: “¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios?”

Es obvio que Pablo está situando su oponente del lado arminiano, no del lado calvinista. Si Pablo hubiese sido arminiano este hubiese sido el momento más oportuno para aclarar su posición: “Por supuesto que no hay injusticia en Dios, pues Él eligió a los que sabía de antemano que iban a creer”. Pero eso no es lo que Pablo responde:

"¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?" (Romanos 9:14-24).

El argumento de Pablo es que Dios es soberano y no le debe nada al hombre. Por tanto, al dispensar Su gracia depende únicamente de Sí mismo. Él tendrá misericordia, no de aquellos que supuestamente habrían de creer, sino de aquellos que Él decida soberanamente tener misericordia.

Si Dios decide salvar a un sólo hombre, los demás no tienen derecho a demandar que se les de lo mismo. Esa idea de demanda es totalmente contraria al concepto de gracia que la Biblia enseña. Aquellos que no son salvados no son víctimas de ninguna injusticia o crueldad; simplemente están recibiendo lo que justamente merecen. Son los recipientes de Su gracia los que reciben algo que no merecen, no los condenados.

Esta doctrina de la elección se encuentra íntimamente relacionada con la total depravación del hombre. Si el hombre está muerto espiritualmente, entonces la elección de Dios no puede estar condicionada por nada que nosotros podamos hacer.

¿Por qué algunos responden a la predicación del evangelio y otros no? Cristo responde claramente esta pregunta en Juan 6:44: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere”. La razón por la que algunos responden a la invitación del evangelio no es porque son más inteligentes, o menos malos, es porque el Padre los atrae. Y ¿por qué el Padre atrae a esos y no a los otros? Porque esos fueron los elegidos.

Esa es la explicación de Lucas en el libro de los Hechos, cuando un grupo de personas a las que Pablo predicaba creyó en el Señor: “creyeron todos los que estaban ordenados (del griego tasso - asignados, dispuestos, establecidos) para vida eterna” (Hechos 13:48).

Escribiendo a los filipenses Pablo les dice algo similar: “a vosotros os es concedido (del griego charizomai - se os ha dado de gracia) a causa de Cristo (no por causa de nada que hubiese en ellos o haya sido hecho por ellos), no solo que creáis en Él, sino también que padezcáis por Él” (Filipenses 1:29). El creer en Cristo es algo que se nos ha concedido de pura gracia.

La enseñanza bíblica siempre nos lleva al mismo punto: a la humillación del hombre y a la exaltación de Dios, para que junto con el salmista digamos: “No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria” (Salmo 115:1).

© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

1 comentario:

carlos gimenez dijo...

corto pero claro gracias hn
solo los nacidos de nuevo llegaran a aceptar esta doctrina.Dios es el legitimo iniciador de todo lo q hay en el universo,nada NACE ni muere sin el beneplacito del Creador.si hemos creido no ha sido un acto de nuestra voluntad sino algo decidido en el corazon de Dios.si yo pudiera decidir cuando salvarme mi capacidad de decision estaria limitada a la informacion creible a la q tubiera acceso libre es decir solo podria creer en el Dios de mis padres o de la sociedad en la q vivo osea q si soy arabe creeria en el dios al q tengo acceso por medio de los hombres o la sociedad q me rodea osea (alá)por lo tanto estaria condenado debido a las limitaciones de mi capacidad de creer basadas en la informacion y la presion q ejerce mi siciedad sobre mi.en los tiempos de cristo no existia ninguna motivacion social para creer en ESE pues ¿no era el hijo del carpintero?ellos ya tenian en q creer tenian a abraham a los profetas el templo la ley y las escrituras creer en ese en ESE era todo un desafio,habia q ir contra corriente,imaginaos q hoy apareciera uno diciendo q el era el q habria de venir por supuesto q ninguno le creriamos(ya nos advierte la palabra)pero el caso es q en aquelos dias las circunstacias eran las mismas para los creyentes,nadie podria creer en ESE si no le fuere dado del padre ylos q tubieron q creer creyeron y los q no fueron endurecidos,os imaginais q ya q nadie predicó tan bien el evangelio como nuestro Señor Jesucristo que todos se hubieran arrepentido y postrado a los pies del Salvador entonces no habria habido cruz ni salvacion seguiriamos muertos en nuestros delitos y pecados.¿quien puede crere q la obra de salvacion reposa en la voluntad del hombre?cuando mas engañoso es nuestro corazon q todas las cosas.para los versiculos q parecen contradecir estas afirmaciones,los q dicen todos los hombres o todo el mundo en relacion con la salvacion deciros q los escritores inspirados no usaban las palabras todos los hombres y todo el mundo de forma matematica como queriendo decir q la salvacion era ofrecida a cada uno de los mortales sino q las usaban de forma geografica y multirracial osea q la salvacion no era solo para los judios sino para todos,todos los hombres de toda tribu lengua pueblo y nacion,osea q el todos no se refiere a individuos sino q lo q querian decir era q la salvacion era extendida a todos los pueblos en los cuales habia de haber ESCOGIDOS POR GRACIA,no sé si me hago entendible pero pera alguna aclaracion carlosekleto@hotmail.com
gracia y paz de nuestro Señor Jesucristo os sean dadas