La rutina de asistir cada domingo a la iglesia puede tener el efecto no deseado de que lo hagamos por costumbre y no con un sentido de expectación por la reunión gloriosa que tendremos, no sólo con el pueblo de Dios, sino con Dios mismo que es en realidad quien nos ha convocado. La siguiente cita de Michael Horton, posteada por nuestro hermano Xavi Memba en kerigma.net, puede sernos de gran ayuda. También les dejo esta interpretación de Amazing Grace, un buen recordatorio que nos prepara para adorar junto a Su pueblo al Dios de toda gracia.
“Siempre que nos reunimos para una celebración cúltica, es porque hemos sido llamados. Esto es lo que 'iglesia' significa: ekklesia, 'los que han sido llamados.' No se trata de una sociedad constituida de forma voluntaria por quienes tienen como principal objetivo el compartir, construir una comunidad, disfrutar del compañerismo, instruir de acuerdo a unos principios morales a sus hijos, y demás. Más bien se trata de una sociedad formada por quienes han sido escogidos, redimidos, llamados, justificados y están siendo santificados hasta el día en que finalmente serán glorificados en los cielos. Nos reunimos cada domingo, no por hábito, costumbre social o para satisfacer nuestras necesidades, sino más bien porque Dios ha escogido este día festivo semanal para que podamos saborear de antemano el gran día de reposo [que la Biblia llama Shabbat] que disfrutaremos plenamente en el banquete de las Bodas del Cordero. Dios nos ha llamado fuera del mundo a su luz maravillosa: esta es la razón por la que nos reunimos” (Michael Horton).
sábado, 29 de agosto de 2009
Anticipándonos al Domingo
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