Es indudable que la Iglesia Católica Romana está atravesando por una de sus peores crisis en los últimos 400 años al destaparse un aluvión de casos de pedofilia de curas y religiosos que abusaron sexualmente de niños y niñas en Alemania (así como en otros países).
Las denuncias contra la iglesia en Alemania comenzaron en el mes de Enero cuando el director de la Escuela Secundaria católica de Canisius, Klaus Mertes, pidió disculpas en una carta abierta dirigida a ex - alumnos de la escuela por los abusos perpetrados por sacerdotes durante las décadas de 1970 y 1980. Mertes reconoció que sabía desde hace años de tales abusos, a los que calificó de “sistemáticos y (realizados) durante años”.
Una abogada berlinesa, Manuela Groll, que asesora jurídicamente a algunas de las víctimas, confirma las palabras de Mertes: “Recibo denuncias nuevas prácticamente todos los días”, dijo a IPS. “Estoy segura que la cantidad de víctimas llega a los tres dígitos”.
Lo que ha levantado más ira ha sido la complicidad de la iglesia. En vez de entregar a la justicia a los curas pedófilos para ser juzgados conforme a sus crímenes, muchos de esos curas fueron trasladados a otras parroquias donde cometieron los mismos abusos. Tanto teólogos alemanes como funcionarios de la justicia, afirman que la jerarquía de la iglesia contribuyó a ocultar los crímenes.
El 22 de febrero, en una entrevista televisada con la red pública ARD, la ministra de Justicia alemana Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, declaró que la “Iglesia Católica no parece inclinada a cooperar con el procesamiento” en los casos de abuso sexual.
Como dije en un artículo anterior, esto vuelve a traer sobre el tapete el tema del celibato, así como el enfoque que la iglesia ha mantenido de la sexualidad a través de los siglos.
Sin embargo, debemos insistir en que el gran problema del catolicismo romano sigue siendo la distorsión del evangelio, la negación de que la justificación del pecador es solamente por gracia y solamente por medio de la fe.
Contrario a la clara enseñanza del Nuevo Testamento, de que el pecador es declarado justo en el tribunal de Dios al imputársele la perfecta justicia de Cristo, y esto por medio de la fe sola (comp. Romanos 1:16-17; 3:21-31; 4:3-5; 5:1; Efesios 2:8-9; entre otros), la Iglesia católica enseña, en palabras del Concilio de Trento, que “Si alguno dijere, que el pecador se justifica con sola la fe, entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la gracia de la justificación; y que de ningún modo es necesario que se prepare y disponga con el movimiento de su voluntad; sea excomulgado” (Canon IX).
Ciertamente el celibato es contrario a la enseñanza del Nuevo Testamento, como espero mostrar en un artículo posterior, y coloca al hombre en una situación muy vulnerable, tal como dice Pablo en 1Corintios 7.
Pero no todos los sacerdotes son pedófilos, así como no son pocos los pastores protestantes que han sido una desgracia para el nombre de Cristo y del evangelio. El problema central del catolicismo sigue siendo el hecho de que predica un evangelio diferente al del Nuevo Testamento, llevando a millones de hombres y mujeres a tratar de obtener por sus obras lo que sólo Cristo puede otorgar por Su gracia, por medio de la fe.
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miércoles, 24 de marzo de 2010
El problema del catolicismo sigue siendo la distorsión del evangelio
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