Publiqué esta entrada pasada la media noche, y al despertar en la mañana me encontré con la noticia de que el famoso Ricky Martin reveló públicamente su homosexualidad. Así que, providencialmente, esta entrada cayó como anillo al dedo.
Cuando la Suprema Corte de Justicia de Massachussets aprobó el matrimonio civil de parejas homosexuales hace unos años, la presidenta de la Suprema Corte, Margaret Marshall, declaró que es anticonstitucional privar a un individuo de la protección, beneficios y obligaciones del matrimonio, simplemente porque haya decidido compartir su vida con una persona de su mismo sexo.
Planteado de ese modo, todo el que se oponga al matrimonio homosexual se opone a la Constitución y, lo que es aún peor, carece de sensibilidad humana hacia las personas que tienen una inclinación sexual distinta.
Pero esta cuestión debe ser debatida desde otra perspectiva. Lo que está en juego aquí es la definición misma del matrimonio y, lo que es aún más crucial, el fundamento que sustenta nuestros valores morales.
En un debate sobre el tema que se presentó en el programa televisivo Larry King Live, estaban presentes la congresista Marilyn Musgrave (quien apoya la propuesta de enmienda a la constitución de EUA que define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer) y el alcalde de San Francisco, Gavin Newsome, quien ha estado expidiendo certificados de matrimonio a parejas del mismo sexo.
En un punto del debate la congresista preguntó al alcalde si apoyaba la poligamia o el matrimonio en grupo. El alcalde evadió la pregunta, pero la congresista insistió: “Si Usted borra las líneas que definen el matrimonio, señor alcalde, ¿cuán lejos llegará?”
Si desechamos la definición de matrimonio que Dios nos da en Su revelación escrita, la Biblia, ¿cuál es la base que usaremos para una nueva definición? ¿Por qué considerar moralmente correcto que dos hombres o dos mujeres se unan en matrimonio y no aceptar otras relaciones que hoy la sociedad considera aberrantes, como el incesto, por ejemplo?
¿Acaso no podrían alegar los polígamos, u otros grupos que practican otras formas de relaciones no convencionales, que están siendo discriminados por sus preferencias sexuales? Sin un punto fijo de referencia para establecer lo bueno y lo malo se elimina todo parámetro para decidir cualquier cuestión ética o moral.
Los cristianos partimos de la premisa de que Dios es el Creador del universo y que El se ha revelado al hombre a través de la Biblia. Y allí se presenta la homosexualidad como pecado. En Romanos 1:26-27 Pablo define la homosexualidad como una pasión vergonzosa y antinatural; y en 1Corintios 6:9-11 declara que los que practican la homosexualidad no “heredarán el reino de Dios”.
Los cristianos no odiamos a los homosexuales, ni creemos que su pecado es el único del que los hombres deben arrepentirse. La Biblia define el pecado como transgresión a la ley moral de Dios y proclama que todo transgresor necesita ser salvado por la gracia de Dios en Jesucristo.
Pero los que rechazan las Sagradas Escrituras ¿qué base tienen para sus propias opiniones? ¿Y qué tan lejos están dispuestos a llegar en su redefinición de las relaciones humanas?
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
martes, 30 de marzo de 2010
El matrimonio homosexual
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6 comentarios:
Extraordinario hermano Sugel.Muy bueno el debate y mejor aún las pregúntas hechas por la congresista al alcalde.Creo que es nuestra obligación hablar de estos temas, de hecho le invito a hechar un vistazo a mi última entrada en mi blog en donde traté el tema del cantante Ricky Martin y su homosexualidad.
El blog es http://emperadordesnudo.blogia.com/
Dios le bendiga y le guarde amado hermano!.
Estimado hermano pastor, Sugel, espero aun se acuerde mi, saludos desde Venezuela, muy interesante la entrada, pero lastimosamente el tema del homosexualismo salió del hámbito secular y algunos quieren ver en las Escrituras, una justificación a su perversa conducta, enseñando que Dios en la Biblia no condena el homosexualismo, como en el caso del sacerdote católico pro-homosexual Daniel helminiak y su teología gay, entre otros que usan la Biblia a su antojo, que Dios tenga misericordia y use a sus siervos para que sigan predicando la Palabra tal como Dios la ha revelado,
aquí le envio un enlace muy interesante donde el pastor Mario Cely de Colombia refuta el libro de Daniel Helminiak
http://www.recursosteologicos.org/Documents/Refutacion%20teologia%20gay.htm
Saludos y bendiciones hermano.
La gracia del Señor continuen con Usted.
Hace unos 15 días en México se festejaron los primeros 4 matrimonios de homosexuales (que tristeza).
Ese mismo día reenvie un correo que recibí sobre fotos de desfiles que hacen estas personas, y venían una preguntas, como: ¿Te gustaría dar a un hijo en adopción a estás personas? y otras como reflexión.
Me llegarón comentarios en contra de este correo, entre otras cosas me escribieron que yo como crente era homofóbica.
Les mande por escrito lo que dice Rom.1:26-27 y 1 de Cort. 6:9-11. Y yo pregutaba, : Acaso un Dios, Bueno, Justo y 3 veces santo es Homofóbico?
¡Oh1! Dios, tenga misericordia del gobierno de México, por estar a favor de esto y del aborto.
Dios siga sosteniendo su vida tanto física como espiritual, y de su amada familia también.
me parece bien que el matrimonio catolico se vea y trate desde esa perspectiva pero o buscan como definir la union de una pareja que no sea catolicao evangelica o cristiana o que nos arrope a todos seamos seguidores de las escrituras o no .Deben separar el concepto legal del matrimonio del religioso, la union de parejas sea cual sea su especie o sexo no es exclusivo de una religion y no se debe regir por parametros o dogmas de la misma .Utilicen entonces otra palabra para definir la union entre dos personas si no quieren utilizar la palabra matrimonio por su etimologia, y que se incluya en la constitucion , ya que los derechos legales nada tiene que ver con las inclinaciones religiosas y nadie puede imponer sus ideas religiosas ante el derecho de cada cual de unirse con quien quiera .
Creo que perdió de vista la esencia de este artículo, porque no responde al dilema que plantea. No somos nosotros los que tenemos que redefinir el matrimonio. Mi punto era más bien, ¿Cuál es el parámetro que usarán para definir el matrimonio aquellos que no aceptan la definición de las Escrituras? Si no estamos dispuestos a aceptar el incesto o la pedofilia, ¿por qué tenemos que aceptar el matrimonio de dos personas del mismo sexo?
De igual manera, por etimología, aún la RAE conserva la definición de matrimonio como un acto entre un hombre y una mujer.
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