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lunes, 5 de julio de 2010

Calvino: Desde el exilio hasta su muerte


Clase de Escuela Dominical, Historia de la Reforma, del domingo 4 de Julio.

En el post anterior dejamos a Calvino y Farel saliendo hacia el exilio, luego de haber sido expulsados de Ginebra (pueden leer el artículo aquí). Ahora continuamos la historia hasta el momento de su muerte, incluyendo el incidente de Calvino con Miguel de Servet, para luego analizar la influencia de Calvino y el surgimiento de los cinco puntos del calvinismo.

EL EXILIO EN ESTRASBURGO

Al salir de Ginebra los dos predicadores se dirigieron a la ciudad de Berna, la cual envió una delegación a Ginebra para tratar de resolver el asunto, pero las discusiones no llegaron a nada, por lo que Calvino y Farel decidieron tomar el rumbo hacia Basilea, a unos 200 km de allí, a la cual arribaron a fines de mayo de 1538. “Por fin hemos llegado a Basilea – escribe Calvino a un amigo, pero empapados de lluvia, desechos y cansados; y nuestro viaje no ha estado exento de peligros, pues uno de nosotros casi fue arrastrado por la corriente al atravesar un río; sin embargo no podemos decir que los torbellinos del río nos han tratado con menos impetuosidad que nuestros feligreses.”

Como Calvino y Farel eran solteros, acordaron vivir en la misma casa. Pero muy pronto Farel recibió una invitación de urgencia para ir a la ciudad de Neuchatel que había aceptado la reforma. Calvino por su parte, habiéndose quedado solo en Basilea, fue invitado por algunos pastores de Estrasburgo a que aceptara el pastorado de una iglesia de refugiados franceses; pero Calvino estaba renuente a ha ser pastor otra vez. Sin embargo, a principios de septiembre de ese mismo año recibió una carta de Martín Bucero quien, imitando a Farel, lo amenazó por su renuencia diciéndole: “Dios sabrá cómo encontrar al siervo rebelde, como encontró a Jonás.”

Calvino, ahora con 29 años de edad, pasó tres años en Estrasburgo, en donde disfrutó de un tiempo de mucha tranquilidad y sosiego. La situación de la Iglesia allí era muy diferente a la que había dejado atrás en Ginebra. Estrasburgo era conocida en aquellos días como la Antioquia de la reforma. Pero también Calvino había cambiado; su experiencia en Ginebra lo llevó a reconsiderar algunos aspectos en los que ahora entendía que había sido demasiado severo y apresurado.

Aprovechando estas nuevas circunstancias, Calvino se dedicó a poner en práctica en la iglesia de Estrasburgo las reformas que había deseado implantar en Ginebra. También se dedicó a escribir. En 1539 publicó un himnario con 18 salmos y el Credo Apostólico con música. Ese mismo año publicó la segunda edición de sus Instituciones, teniendo ahora 17 capítulos, casi tres veces más que la anterior. “Esta edición la tradujo también al francés; un francés tan hermoso y pulido, que Calvino ha venido a ser conocido posteriormente como padre del francés moderno, del mismo modo que Lutero por su traducción de la Biblia ha sido llamado padre del alemán moderno.”

En el mes de octubre apareció impreso su estudio “Sobre la Carta a los Romanos”, el primero de una serie magistral de comentarios sobre casi todos los libros de la Biblia. En adición a esto, Calvino predicaba o daba conferencias todos los días, no sólo en la iglesia sino también en el Gimnasium de Estrasburgo, “una escuela superior que vino a ser famosa por toda Europa.”

Fue también aquí, en Estrasburgo, donde Calvino conoció a su esposa Idelette, una viuda que era miembro de su congregación. Se casaron en 1540, cuando Calvino tenía 31 años de edad. A pesar de que Idelette fue una verdadera ayuda idónea para él, este matrimonio tuvo que enfrentar mucho sufrimiento. Idelette perdió su primer embarazo, luego otra hija murió al nacer, y un hijo dos semanas después de nacido. Finalmente Idelette murió de tuberculosis en 1549, a la edad de 40 años. Calvino nunca se volvió a casar.

DE VUELTA A GINEBRA

Durante su estadía en Estrasburgo, la situación en Ginebra se tornaba cada vez peor, de tal manera que el Concilio General de la Ciudad le pidió a Calvino que retornara como pastor. Calvino recibió la carta estando en la ciudad de Worms, donde había sido enviado por la ciudad de Estrasburgo como representante en cuatro Dietas convocadas de nuevo por el Emperador Carlos, entre los años 1539 al 1541 (allí Calvino desarrolló una muy buena amistad con Felipe Melanchton que duró por 24 años, hasta la muerte de éste; también mantuvo una amistad epistolar con Lutero, pero nunca llegaron a conocerse personalmente).

Al leer la carta, Calvino estalló en llanto. “Preferiría cien otras muertes antes que aquella cruz, sobre la cual tendría que morir mil veces al día.” Era una decisión muy difícil para él, pero después de 10 meses de mucha lucha, finalmente decidió regresar (en la providencia de Dios, cuando tomó esa decisión se encontraba en la misma ciudad donde, 20 años antes, Lutero había pronunciado su famosa resolución ante el emperador Carlos).

Calvino regresó a Ginebra el 13 de septiembre de 1541 para no salir de allí nunca más. Al subir al púlpito por primera vez, abrió su Biblia en el mismo versículo que continuaba en su exposición que había quedado suspendida tres años antes. Predicaba varias veces el domingo y, durante algunas semanas, todos los días restantes. Durante este tiempo un hombre llamado Denis Raguenier comenzó a tomar notas de los sermones de Calvino en taquigrafía para su propio provecho; su labor fue tan precisa y completa (casi no dejaba escapar palabra), que gracias a ese esfuerzo contamos hoy con una inmensa cantidad de sermones suyos a nuestra disposición.

Su costumbre era predicar sistemáticamente a través de los libros de la Biblia. En sus años de madurez acostumbraba predicar en un libro del NT los domingos en la mañana y en la tarde (aunque por un período estuvo predicando los Salmos en la tarde), mientras predicaba de un libro del AT durante la semana. De esa forma pudo exponer: Génesis, Deuteronomio, Job, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, todos los profetas, Los Evangelios, Hechos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito y Hebreos.

Pero no debemos suponer que este fue un tiempo de paz para Calvino. Aparte de todas las aflicciones físicas que padecía, Calvino era constantemente atacado por los miembros del partido de los Libertinos, quienes se gloriaban de su vida licenciosa, pero al mismo tiempo pretendían participar de la Cena del Señor, algo que Calvino nunca permitió.

En cierta ocasión, un miembro de este partido, Philibert Berthelier, fue excomulgado por su promiscuidad sexual y, por lo tanto, se le prohibió participar de la Cena. El Concilio de la Ciudad revocó la decisión, de modo que Berthelier se apareció en la iglesia con hombres armados de espada, dispuestos a pelear. Calvino descendió del púlpito, se interpuso entre la turba y la mesa de la Comunión, y les dijo: “Pueden quebrar estas manos, pueden cortar estos brazos, pueden tomar mi vida, mi sangre es vuestra, pueden derramarla; pero nunca me forzarán a dar las cosas santas al profano y deshonrar esta mesa de mi Dios.” Los libertinos no tuvieron más remedio que salir de la iglesia.

EL CASO DE MIGUEL DE SERVET

Fue durante ese tiempo de dificultad cuando ocurrió uno de los hechos que más ha empañado la figura de Juan Calvino: la muerte en la hoguera de Miguel de Servet en la ciudad de Ginebra. Servet fue un teólogo y científico español, nacido en 1511, es decir, dos años después de Calvino. Siendo todavía un adolescente comenzó a estudiar las Escrituras en sus lenguas originales; pero cuando tenía 18 años de edad rechazó la doctrina de la Trinidad.

En 1537 se matriculó en la universidad de París, para estudiar medicina (Servet fue quien primero expuso sobre la circulación pulmonar de la sangre). También comenzó a escribir tratados teológicos en los que exponía sus doctrinas, algunas de ellas rayando en el panteísmo. Durante 1546-1547 mantuvo una larga correspondencia con Calvino (se escribieron unas 30 cartas en total); Calvino llegó a enviarle una copia de sus Instituciones, la cual Servet devolvió llena de comentarios insultantes.

La Santa Inquisición española condenó a Servet y se impartieron órdenes para que le arrestaran en cualquier lugar de Europa y fuera traído a España para ser juzgado. Servet se cambió de nombre (Miguel Villanueva) y pasó varios años sin ser descubierto. Doce de esos años los pasó en la ciudad de Lyon, donde se comportó como un católico modelo, gran amigo del arzobispo, quien nunca sospechó que ese Miguel Villanueva fuese el hereje que había escrito tantos tratados en contra de la ortodoxia cristiana.

Pero finalmente Servet fue descubierto y encarcelado, a pesar de todos los intentos que hizo para negar que él fuera el hereje al que estaban buscando. Pero ante un descuido de los guardias, escapó de prisión; al no ser hallado, el tribunal ordenó que fuera quemado en efigie.

Considerando tal vez las dificultades que Calvino estaba teniendo en Ginebra, se dirigió hacia allí. De hecho, algunos historiadores manifiestan la sospecha de que tal vez se dirigió a Ginebra para conspirar con los libertinos y derrotar a Calvino. Pero eso es algo que no ha podido ser comprobado.

Lo cierto es que tan pronto las autoridades supieron de su presencia en Ginebra, lo arrestaron. El juicio contra él duró dos meses y medios. Apoyado por los libertinos de la ciudad que odiaban a Calvino, Servet no perdía oportunidad para atacarlo como si Calvino fuese el acusado. Le llamó criminal, asesino, perverso, mono ridículo. Pero no valió la pena. Finalmente fue condenado. En ese sentido las leyes del Sacro Imperio Romano eran muy claras: “Por el crimen de negar la Trinidad, la pena es de muerte”. Otros cantones suizos, así como algunas ciudades alemanas se pronunciaron a favor de la muerte.

Calvino trató de interceder por Servet, para que no fuera quemado vivo, sino decapitado, pero su petición fue denegada. Calvino lo visitó por última vez, pero su visita fue infructuosa: Servet mantuvo hasta el final sus creencias heréticas. Murió el 27 de Octubre de 1553 a la edad de 42 años.

Es indudable que Calvino tuvo parte de la responsabilidad en la muerte de Servet. Él fue quien redactó los cargos en su contra, quien condujo los debates en el juicio, y aunque no participó en el veredicto, lo aprobó. Sin embargo, es importante que tomemos en cuenta que ese era el procedimiento que se seguía en tales casos, y que cuando ese hecho sucedió Calvino estaba en sus peores momentos durante su segundo ministerio pastoral en Ginebra.

LOS ULTIMOS AÑOS
Unos dos años después del incidente de Servet, en Febrero de 1555, se celebraron elecciones en Ginebra, dando la victoria a los partidarios de Calvino. Así concluía la larga lucha de Calvino con los libertinos de Ginebra; a partir de entonces pudo promover su reforma con más eficacia.

Muchos protestantes que escaparon de Francia, de Escocia y de Inglaterra, huyeron hacia Ginebra de tal manera que, en poco tiempo, la población se duplicó a más de 20,000 personas. Entre los protestantes escoceses se encontraba John Knox, quien llegó a decir que la Iglesia en Ginebra que era la más perfecta escuela de Cristo que alguna vez haya habido en la tierra desde los días de los apóstoles. Durante su estadía allí, Knox formó parte de un equipo que finalmente publicó la llamada Biblia de Ginebra, para el pueblo de habla inglesa. Fue la primera Biblia con notas teológicas al margen, muchas de las cuales no eran más que una extensión del ministerio de predicación de Calvino. Esta vino a ser la versión predominante entre los puritanos ingleses por los próximos 100 años y fue la Biblia que los peregrinos del Mayflower llevaron consigo a América.

Por otra parte, Ginebra se convirtió en una escuela de preparación de líderes. La Academia de Ginebra se estableció en 1559 y, para el tiempo en que el sucesor de Calvino, Teodoro Beza, se retiró se habían entrenado unos 1600 hombres para el ministerio. De igual manera, inspirados por la visión de Calvino, Ginebra se convirtió en un núcleo misionero muy importante. De acuerdo con un registro de la época, entre 1555 y 1562 unos 88 hombres fueron enviados al campo misionero, pero ese número no parece reflejar la realidad ya que, sólo en el 1561, probablemente no menos de 142 salieron a las misiones. Debido a que algunos de ellos sufrieron el martirio, la academia de Ginebra llegó a ser conocida como “La Escuela de la Muerte de Calvino”.

Ese esfuerzo evangelístico produjo resultados sorprendentes, sobre todo en Escocia (con John Knox) y en Francia. En 1555 solo había una iglesia Reformada completamente organizada en Francia. Siete años más tarde eran cerca de 2,000, algunas de ellas con un tamaño considerable. Por ejemplo, Pierre Viret pastoreó una iglesia de 8,000 comunicantes en Nimes. Durante la década de 1560s, más de 2 millones de franceses pertenecían a tales iglesias (en una población de unos 20 millones). También se enviaron misioneros al Brasil a partir del 1555, pero la obra allí fue sumamente difícil por el estado barbárico de sus habitantes.

Calvino finalmente expiró a la edad de 54 años, en Mayo de 1564, en brazos de Teodoro Beza, su sucesor. Éste diría luego de él: “Habiendo sido un espectador de su conducta por 16 años… ahora puedo declarar que en él todos los hombres pueden ver un muy hermoso ejemplo de carácter cristiano, un ejemplo que puede ser tan fácilmente difamado como difícilmente imitado.”

Debido a la extensión de esta clase, mañana postearemos el resto.


© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

2 comentarios:

luima dijo...

primero quiero darle las Gracias por esta entrada y las demas concernientes a la escuela dominical, la cual a sido de mucha edificacion para mi .Durante la clase de ayer me surgio una interrogante,y queria tratarla por aqui , pues quizas le ha surgido a alguna otra persona y quisiera (si le es posible) que aclarara mis dudas. Usted mencionaba la doctrina de la total depravacion del hombre, la cual para mi esta muy clara, sin embargo ultimamente he estado tratando con un inconverso al cual le estoy predicando, y uno de los temas tocados fue este. en Romanos 9 se nos dice hablando de Esau y Jacob que Dios escogio a Jacob y explica lo siguiente "pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama" , en la parte en la que me centrare es en la que dice pues no habian hecho ni bien ni mal. comparando este versiculo con Mateo 16:27 que dice:"Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará á cada uno conforme á sus obras" como podriamos enlazar coherentemente el hecho de que nacemos pecadores , pero al mismo tiempo hay una etapa en la que no hemos hecho ni bien ni mal , y Dios pagara segun las obras? osea, morir en ese estado antes de nacer significaria un cielo asegurado? o todo lo contrario? recuerdo que un dicipulado de nuestra iglesia surgio la misma discucion al respecto pero no pudimos llegar a ninguna conlcusion. Muchisimas gracias por su tiempo

TONY CASTILLO dijo...

Hermano Pastor Michelen, que las bendiciones del Señor continúen abundando en su vida, familia y congregación. Soy miembro de la Iglesia Bautista Bavaro, y siempre leo con vehemencia sus publicaciones. Al ver el tema de Calvino en relación a la ejecución de Servet, encontré en la pagina de Herodoto Virtual una presentación brillante en el enlace:

http://herodotovirtual.blogspot.com/2006/02/anotaciones-sobre-la-hoguera-de.html

Gracias mil por ser instrumento de la Gracia de Dios para colocar en la red tan sustancioso Blog.

Tony Castillo