A menudo se quiere dar la impresión de que el cristianismo bíblico descansa enteramente sobre la fe, mientras que el ateísmo y la evolución descansan sobre la ciencia y la razón. Pero ese no es el caso. Nadie puede probar científicamente ni el ateísmo ni la evolución y, por lo tanto, ambas cosas descansan en la fe.
La teoría de la evolución es un engendro del naturalismo, una postura filosófica que afirma que todo cuanto existe tiene que ser explicado únicamente en términos de procesos naturales.
En el naturalismo no hay lugar para la intervención de Dios ni de ningún otro agente sobrenatural. Fuera de la naturaleza, dicen ellos, no hay nada que buscar; la materia es la única realidad. El famoso (y fenecido) astrónomo norteamericano Carl Sagan, lo explica con estas palabras: “El cosmos es todo lo que ha habido, todo lo que hay y todo lo que habrá”.
Pero ¿cómo pueden los científicos saber eso con certeza? De ninguna manera. Es imposible probar científicamente que el universo es todo lo que ha habido, todo lo que hay y todo lo que habrá; esta es una postura filosófica, no científica, algo que el naturalista tiene que aceptar por fe.
Y una de las consecuencias inevitables de esa fe es el sin sentido de todo cuanto existe. Si la naturaleza es todo lo que ha habido, todo lo que hay y todo lo que habrá, entonces tendríamos que concluir que el universo es un afortunado accidente, el resultado de un proceso que ningún ser inteligente inició ni guió con ningún propósito. Consecuentemente, la tendencia que ha tenido el hombre a través de los siglos a buscarle un significado a la existencia humana sería una labor inútil, porque no habría ningún significado que buscar.
Si un niño tropieza con un bote de pintura y ésta se derrama indiscriminadamente sobre el tapiz, sería muy tonto tratar de encontrarle un significado oculto a la mancha. Puede que se vea bonito, pero fue algo accidental, no planificado. Según el ateo, este universo maravilloso que manifiesta orden, diseño y propósito en todas sus partes, no posee en realidad ningún diseño inteligente detrás; es la mancha hermosa que quedó en el espacio infinito luego que la materia + tiempo + casualidad tropezaran con el bote de pintura.
Por eso alguien dijo una vez que “el momento más embarazoso para el ateo es cuando se siente profundamente agradecido por algo, pero no puede pensar en nadie a quien darle las gracias”.
La fe del ateo deja al hombre sumido en una existencia sin sentido. Pocos lo han expresado tan claramente como Sartre en La Nausea: “Yo existo como una piedra, una planta, un microbio… Aquí estamos todos nosotros, comiendo y bebiendo para preservar nuestra preciosa existencia y sin embargo no hay nada, nada, absolutamente ninguna razón para existir”. El ateo no sólo niega la existencia de Dios, sino que también atenta contra la humanidad del hombre.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
La destructiva fe del ateo
Etiquetas:
Ateísmo,
Jean Paul Sartre,
La Náusea,
naturalismo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Primeramente se felicita que gente como usted pretenda darle coherencia y estructura a un conjunto de ideas sustentadas tan solo en la fé. Pero estimado amigo, sus posturas tienen algunos vacios de forma. Por ejemplo, argumenta usted con propiedad que "la teoría de la evolución es un engendro del naturalismo". Pero, aún asumiendo como correctos sus planteamientos, eso no significa que otra teoría si califica. Tan solo prueba que la evolución no es científica. No ofrece usted ninguna alternativa científica al origen de la vida. Ademas, sus argumentos solo parecen basarse en lo vacia que puede resultar la vida de los ateos. Pero creo que eso no es el punto que usted quiere probar aquí.
Para terminar, lo felicito una vez mas por el tiempo y el espacio para poder expresar "nuestras ideas".
Muchas gracias por comentario. Aprecio que se tome el tiempo de leer y comentar. Ahora no puedo responder con calma por causa del tiempo, pero espero poder hacerlo pronto.
Comprendo su buena intención de escribir y hacer crítica, pero antes de hacerlo divida sus creencias y el conocimiento científico. Cuando el astrónomo Carl Sagan dice: "El cosmos es todo lo que ha habido, todo lo que hay y todo lo que habrá" y luego usted se pregunta como se sabe eso con certeza, puede déjeme decirle que no es posible al 100%, pero el principio de la conservación de la materia y energía pueden aclararle la palabras de Sagan (y de muchos, me incluyo).
Por ultimo me llamo la atención su ejemplo del niño que por accidente derrama el recipiente con pintura. Permitame decirle que como la mancha creada por accidente asi mismo el universo lo es, solo que este siempre ha existido y somos nosotros los seres humanos los nuevos en esta escena, por lo tanto ningún diseño inteligente hay detrás de esto, sino mas bien la: Emergencia (termino cientifico).
Le agradezco que se toma su tiempo para enviar esta crítica. No me molesta en lo absoluto que lo haga. Pero cuando dice: "por lo tanto ningún diseño inteligente hay detrás de esto", sigue siendo una declaración de fe como la de Sagan.
Publicar un comentario