Misión del Blog

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viernes, 21 de mayo de 2010

¿Cómo podemos perder el evangelio?

En la Conferencia Por Su Causa 2010, me corresponde predicar el tema: La Cruz y los Retos de Hoy en Día. Este artículo posteado en kerigma.net es muy pertinente en lo tocante a este tema sobre el proceso gradual como un ministerio puede perder el evangelio.

En el libro Marks of the Messenger: Knowing, Living, and Speaking the Gospel (IVP, 2010), J. Mack Stiles menciona algo que le he oído decir a Don Carson varias veces:

No perdemos el Evangelio de forma repentina. El proceso suele llevarse a cabo en varias generaciones:

1. El evangelio se acepta,
2. El Evangelio se asume,
3. El Evangelio se confunde,
4. El Evangelio se pierde.

¿Cómo sabes si tu iglesia está empezando a asumir o dar por sentado el evangelio? Las alarmas deben saltar, nos dice Stiles, en el momento en el que dejamos de escuchar el Evangelio. El mismo autor nos propone una serie de preguntas-diagnóstico:

¿Se escuchó el Evangelio en el sermón del domingo?

¿Pudo la gente nueva escuchar ese sermón y acceder a la fe auténtica en Cristo?

¿Los principios que se desprenden del Evangelio gobiernan las decisiones organizativas?

¿Escuchas el Evangelio en las oraciones de la gente?

¿La comunión con los hermanos te mueve a hablar con ellos del Evangelio? Y cuando es así, ¿se trata de algo más que unas cuantas frases memorizadas? Está bien seguir patrones clásicos como “Dios, Hombre, Cristo, Respuesta”, pero, ¿la gente lo explica con sus propias palabras?

Más todavía, ¿lo ves en sus acciones? ¿Es el Evangelio algo que se vive?

¿La membresía se basa en un auténtico compromiso con el Evangelio o es suficiente con que alguien quiera unirse a la organización -o rellene una solicitud?

Un evangelista se hace estas preguntas y busca respuestas que le ayuden a mantenerse firme en el Evangelio. Aquí está el test crucial:

¿Podrías haber predicado ese sermón si Cristo no hubiese muerto en la cruz?

¿Podrías haber desarrollado ese principio de liderazgo si Cristo no hubiese sido crucificado?

No digo que no debamos intentar ser prácticos -la Biblia tiene mucho que decir sobre ser prácticos- pero asegúrate de que lo práctico está unido al mensaje de Jesús. De otra forma estamos en el camino de asumir el Evangelio, algo que nos llevará a perderlo.


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