Misión del Blog

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miércoles, 4 de agosto de 2010

Diez regalos que vienen ocultos en la enfermedad

Antes que nada, permítanme comenzar diciendo que no padezco de ninguna enfermedad seria, al menos, no que yo sepa. Pero desde la madrugada del viernes he estado sufriendo las molestias de un virus que me ha debilitado bastante.

Por la misericordia del Señor, hoy he comenzado a sentirme mejor. Esa ha sido la razón por la que no he posteado nada en el blog en estos últimos días.

Pero meditando en esto, han venido varios pensamientos que quisiera compartir con Uds. Las enfermedades, sean serias o no, traen consigo bendiciones ocultas que muchas veces pasamos por alto. Permítanme enumerar algunas. No voy a mencionarlas por orden de importancia, sino como van llegando a mi mente.

Las enfermedades…

1. Nos ayudan a valorar la salud, algo que la mayoría de nosotros da por sentado (hasta que la perdemos).

2. Nos recuerdan que tenemos un cuerpo de muerte que cada día se deteriora un poco más y se dirige inexorablemente a la tumba (sin ser dualistas platónicos, eso nos ayuda a poner la mira en las cosas que no se ven, al enfrentar la realidad de que las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas – 2Cor. 4:16-18).

3. Nos concede una tremenda oportunidad para dar testimonio de que Cristo, nuestro Señor, es precioso en Sí mismo (no tiene que darnos prosperidad física para que le apreciemos), y que Él diablo miente cuando quiere hacer creer al mundo que nosotros no servimos a nuestro Dios de balde (Job 1).

4. Durante la enfermedad podemos experimentar en una forma muy particular la paternidad de nuestro Dios, quien se compadece de nosotros “porque conoce nuestra condición” (Sal. 103:13-14).

5. Nos recuerdan que estamos en este mundo de paso y que vamos camino al cielo (2Cor. 5:1ss).

6. Nos enfrentan con la realidad de que somos tan débiles, que hasta una partícula invisible (como un virus, por ejemplo) puede tumbarnos en cama por varios días y frustrar todos nuestros planes (nosotros necesitamos ese tipo de recordatorios constantemente, porque tendemos a pensar que somos más de lo que somos y eso es terrible en la vida cristiana, porque el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad – 2Cor. 12:7-9).

7. Nos golpean con el hecho de que no somos indispensables (si tenemos que guardar cama por unos días, o por el resto de nuestras vidas, el mundo seguirá girando a pesar de eso, aún si se tratara de una enfermedad mortal que nos sacara del escenario de este mundo para siempre; es importante que recordemos que el cementerio está lleno de personas indispensables).

8. Les conceden a otros la oportunidad de servir al ocuparse de nosotros.

9. Nos enseñan a ser pacientes (no en vano, esa es la palabra que se usa para describir a los enfermos; si hay algo que se necesita en medio de la enfermedad es paciencia – la necesita el enfermo y los que lo cuidan!!).

10. Nos permite ser agradecidos cuando recobremos la salud (no creo que los 9 leprosos de los evangelios sean los únicos enfermos de la historia que hayan olvidado dar gracias después de haber sido sanados – Lc. 17:11-19).

Si se le ocurren algunos regalos adicionales, lo invito a compartirlos con los lectores de este blog.


© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

6 comentarios:

Alicia dijo...

Saludos y Bendiciones Amado Hno. Sugel.

Otro regalo que viene oculto en la enfermedad,es precisamente lo que usted hizo al postear está entrada, que nos ayuda a los que lo leemos a pensar y meditar en ello. Para, que cuando pasemos por una enfermedad,o si estamos pasando por una, se convierta en motivos de alabanza y gloria a nuestro amada Señor y Salvador.

Él le continue guardando y bendiciendo.

Raquel Vargas dijo...

Creo que se puede agregar que son oportunidades para meditar en lo que estamos haciendo con nuestras vidas, como estamos influenciando a otros; y nos dan tiempo para meditar más en LAS COSAS QUE SI TENEMOS, POR LAS CUALES DEBEMOS DAR GRACIAS a nuestro Señor!!!!

CLARA AGUDELO dijo...

HOLA PASTOR SUGEL, Reciba un afectuosos saludo en Cristo. Otra bendición oculta es que nos permite vivir más despacio, disfrutando de todas las cosas que Dios nos ha dado en su pequeñez, grandeza, abundancia o escasez, y nos da más tiempo para que estemos a solas con el Señor. También nos concede valorar cada leve o grande mejoría, como que viene de la inmensa gracia de Dios en su cuidado amoroso. De igual forma nos lleva a entender cuán perfecto hizo el Creador todo órgano, estructura osea, equilibrio y sincronización del cuerpo humano, entre todos sus sistemas físicos naturales. Bendita sea esta enfermedad que me ha dado una más inmensa dimensión de Tu Gracia.

Anónimo dijo...

Yo también estoy enfermo, y doy «Gracias a Dios aun por mis debilidades físicas, pues son otra excusa para acercarme al trono de gracia». Otra bendición es que —sin omitir nuestra responsabilidad— la enfermedad nos hace más dependientes de nuestro amoroso Padre Celestial, quien siempre está dispuesto a atendernos.

José Alberto Mora dijo...

Amado Pastor Dios le Bendiga grandemente; espero que se encuentre muy bien por la gracia y misericordia de nuestro Señor Jesucristo...
Le confieso que extraño mucho sus enseñanzas en el blog pastor; estare orando para ud y su familia mi amado pastor; por favor denos razon de ud!!!
Dt. 1:11
Dios le Bendiga!!!

Rosario Ruiz dijo...

He estado en reposo en razón de unas hernias lastimadas. Entre el dolor, la inmobilidad, ver el mismo techo día tras día,la resaca de los calmantes y antimflamatorios, Dios me ha bendecido con la oración del pueblo de Cristo, quienes a su vez,han recibido la bendicion de ejercitar su fe, al orar por mi salud.En la impotencia de varios meses viviendo limites terrenales, he podido ver lo inmensurable de los horizontes de Dios. Han sido momentos de Dolor físico, pero de reflexión y agradecimiento a Dios, en todas las bendiciones inmerecidas. Cuando he sentido que me ametrallan las piernas, he pensado en lo que padecía mi Jesús por mis pecados, al momento en que llevaba a cabo mi reconciliación con Dios.Al que no cree, le parecerá una locura, pero he sido bendecida en esta situación de salud.