Misión del Blog

Proclamar el señorío de Jesucristo sobre todos los aspectos de la cultura

sábado, 16 de enero de 2010

Sermón sobre lo ocurrido en Haití mañana domingo


Cuando ocurren tragedias como la de Haití este martes pasado, se levantan muchas interrogantes, tanto en creyentes como en incrédulos, sobre la Persona de Dios y Sus propósitos. Algunos cuestionan, incluso, cómo es posible que los cristianos creamos en la existencia de un Dios bueno y todopoderoso a la luz de catástrofes como éstas. En el sermón de este domingo en la mañana enfocaremos el terremoto de Haití a la luz de lo que Dios revela sobre Sí mismo y sobre Sus planes en Su Palabra inspirada.

A los creyentes que leen este blog les pido que oren mientras me preparo para predicar este tema en un momento de tanta sensibilidad; que el Señor use este mensaje para traer consuelo y claridad de pensamiento a muchos corazones atribulados y confundidos. Y que el Espíritu Santo obre con poder de tal manera que muchos puedan venir a refugiarse bajo las alas del único Dios vivo y verdadero.

© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

4 comentarios:

Ernesto A. Ochoa Ramos dijo...

Buenos días pastor. Me llamo Ernesto Ochoa. Soy un misionero salvadoreño que sirve al Señor en España. Leo con frecuencia su blog y sigo su trabajo.
Sé lo difícil que es abordar estos temas. En tierras ibéricas me enfrento a situaciones similares con frecuencia. Como sabrá, aquí se cuestiona todo sobre Dios, incluso a Él mismo.
Dios le bendiga con sabiduría divina.

ochoa.ramos@gmail.com

Fares Palacios dijo...

Saludos pastor. Cuante con mis oraciones. Espero poder tener una copia del video que supongo van a tomar del mismo. Seguimos orando por usted, por IBSJ, y por Haití...

Anónimo dijo...

mUY ATINADO SU PROOPUESTA EXPOSITIVA.. Me parece verlo siendo utilizado por el Shaddai!!!

Be blessed!

Sugel Michelén dijo...

Muchas gracias, mis hermanos, por vuestras oraciones. Necesitamos traer palabras de instrucción, pero también palabras de consuelo; y que el Espíritu Santo aplique tanto lo uno como lo otro según la necesidad y con poder.